He querido dejar pasar unos días para poder hacer un relato más lúcido de las dos agradables y relajantes semanas pasadas en vuestro ancestral complejo lleno de tanta historia y gran espiritualidad. La gran diferencia, sin embargo, tengo que decir que lo hicisteis con mucho amor.
Con gracia, ligereza y espíritu, nos has acompañado magistralmente a encontrar nuestras verdaderas y auténticas dimensiones, con el compartir sincronizado de las diversas lecturas y aforismos siempre acertadamente puestos por los grandes maestros espirituales. Bravo y un gran elogio. ¡¡¡Con psicología y napolitanismo el Maestro está asegurado!!!